Las destilerías requieren de un gran aporte de calor industrial para sus distintos procesos. Operaciones como la fermentación o destilación, así como el secado de algunos productos, requieren de un aporte intensivo de calor de proceso a través de calderas de vapor o agua caliente y, también en ocasiones de aceite térmico o generadores de gases calientes.
Hoy en día, la mayoría de las empresas del sector de las destilerías, como las vinícolas, cerveceras o alcoholeras, usan combustibles fósiles en sus calderas para obtener esta energía en sus plantas. No obstante, en los últimos años, ante la inestabilidad del precio del gas natural y el aumento de los derechos de emisión han conducido a esta industria a buscar soluciones industriales en pro de una producción más libre de CO2.
Las calderas de biomasa industriales para destilerías se han confirmado como una solución técnica fiable frente a las soluciones actuales con combustibles fósiles, ya sean calderas de vapor de biomasa o calderas de agua de biomasa. Estos equipos tienen la capacidad de ofrecer un funcionamiento estable y continuado de más de 8.200 horas al año a diferentes presiones y temperaturas.
Además, muchas de estas factorías disponen de subproductos propios del propio proceso que se consideran de origen biomásico y pueden directamente valorizarse para combustible de caldera.
Dentro del periodo de amortización de los equipos, ha de considerarse el ahorro en pagos por emisión de CO2, así como el precio, cada vez más volátil de combustibles como el gas natural. Esto permite un retorno de inversión (ROI) de un corto espacio de tiempo.
Finalmente, estos equipos ayudan a las empresas a presentar planes de producción libres de CO2, lo que facilita su acceso a algunos clientes y sectores.